LA PÉRDIDA DE LA INOCENCIA por Clarissa Pinkola Estés (Cuarta Parte).

La bella imagen es del pintor búlgaro Valeri Tsenov

La calidad de la visión creativa depende de la duración y la profundidad del período en el que uno está cara a cara con ¨lo otro¨.

Hades retorna triste a su mundo subterráneo, pero, como es también un astuto confabulador, cuando Perséfone y él suben de regreso a la carroza, parte una granada y se la da para comer. Según el mito, ella sólo traga seis granos. Zeus declara que, a raíz de esto, Perséfone sólo podrá vivir con su madre la mitad del año, y el resto con Hades.
Cuando Perséfone regresa a la tierra, Deméter rebosa de alegría y se torna de nuevo fértil y abundante. Entretanto, Helios, el fuego gigantesco que está en el centro de la creación, sigue brillando cada tanto sobre todo lo visible y comprensible.
Este relato de resurgimiento triunfal desde las tinieblas ha sido conocido y transmitido en la especie humana durante siglos. Vengo de una familia de inmigrantes de antigua prosapia católica que reverencia a muchos santos. Uno de ellos es san Juan de la Cruz, el místico español de fines del Medievo. El se refirió muchas veces a este tipo de súbito secuestro del ser en el mundo tenebroso. Una oración que mi tía Tirezia recibió de su madre, la que a su vez dijo haberla recibido en un sueño del propio san Juan, decía: ¨Mantenme oscuro tanto tiempo como se precisa para ser bien cocido¨. San Juan nos dejó su obra La noche oscura del alma, cuyas palabras son citadas a menudo en nuestra tradición oral de letanías y en las plegarias que piden ayuda para el ¨oscuro viaje¨, análogo a los Tristes Misterios, los relatos sobre la mortificación y la muerte del alma resplandeciente.
Existen muchas celebraciones de este fenómeno psíquico de la luz convertida en tinieblas para volver a ser luz. La unión de un momento de la noche con un momento del día se corresponde con la unión entre el espíritu y la materia. Así se lo conmemora, en la tradición católica, a partir del Día de los Muertos, a principios de noviembre, período en que se entra en comunión con los espíritus y que culmina en diciembre con la Navidad, el nacimiento de Cristo. Este ciclo de retorno a la luz se celebra, asimismo, en los festivales de santa Lucía (que literalmente significa ¨la dadora de luz¨).
Todos estos rituales, y muchos más que se celebran en el mundo, reconocen la pauta eterna de ¨la noche entre dos días¨ en la vida del alma. Admiten que lo más difícil para un ser humano es permanecer en las tinieblas todo el tiempo que sea indispensable para llevar a su término el proceso y poder retornar. ¨Conocernos en el fuego¨ de lo oscuro y luego regresar es el movimiento básico de nuestra evolución emocional y espiritual, y de nuestra individuación. Si no se aprende esto, nada de lo que se aprenda quedará; si se aprende esto, todo lo que se aprenda será nuestro para siempre.

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